Tomado de Clarín
El tambor de hojalata fue la primera novela de Grass y a la vez el libro que lo lanzó a la fama y con el que se le sigue identificando hasta hoy, pese a los esfuerzos del autor por que su obra sea considerada en su totalidad.
Grass dice que, entre sus novelas, su libro preferido es Años de Perro y que el Premio Nobel lo recibió por todos sus libros y no por uno solo. Pero esa es una opinión que parece importarle poco a la crítica y al público, que le sigue viendo ante todo como el autor de El tambor de hojalata.
Mañana jueves Grass discutirá sobre el libro considerado como la declaración de independencia de la literatura alemana de la postguerra con sus traductores al inglés, Breon Mitschel y al holandés, Oili Suomininen, y será sólo el comienzo de una serie de conmemoraciones que se alargarán hasta el otoño.
En septiembre de 2009 la editorial Steidl sacará a las librerías una edición conmemorativa, acompañada de una amplia documentación sobre el libro y de comentarios que reflejan la repercusión internacional que tuvo. A finales del mismo mes, la casa museo G ünter Grass de Löbeck inaugurará una exposición titulada "Ein Buch schreibt Geschichte" (Un libro escribe historia), dedicada naturalmente a El tambor de Hojalata, que se prolongará hasta el 31 de enero de 2010.
El hecho de que las celebraciones comiencen prematuramente tiene sentido porque hasta cierto punto puede decirse que el éxito de "El tambor de hojalata" empezó ya un año antes de que saliese al mercado.
En 1958, Grass leyó un capítulo del libro durante una sesión del Grupo del 47 e impresionó favorablemente a todos los asistentes. Grass obtuvo con esa lectura el premio del grupo, dotado con 5.000 marcos –que hoy equivaldrían a 2.500 euros, aunque entonces se trataba de una pequeña fortuna- y luego regresó a Par[is, donde estaba viviendo, para seguir trabajando en el manuscrito. Un año después, cuando El tambor de hojalata salió al mercado, el entonces joven poeta y ensayista Hans Magnus Enzensberger sería uno de los primeros en recomendarlo con unas palabras que resultarían proféticas.
"Hay que leer la primera novela de un autor llamado Günter Grass que producirá gritos de alegría y de indignación", escribió Enzensberger. Hasta ese momento, Grass era un autor más bien desconocido, que había escrito teatro y poesía y que creía, según admitió muchos años más tarde, que "El tambor de hojalata" iba a ser su primera y última novela.
El mundo de El tambor de hojalata le dio a Grass el tema para los dos libros que siguieron, El gato y el ratón y Años de Perro, y los tres terminarán conformando la llamada Trilogía de Danzig. El éxito no lo ha abandonado nunca desde entonces -de El tambor de hojalata se han vendido más de cuatro millones de ejemplares- como tampoco lo ha abandonado nunca la polémica sobre su obra y sobre su propia biografía. Ya El tambor de hojalata le valió el primer ataque visceral de su enemigo íntimo, el crítico Marcel Reich-Rannicki, que más tarde reconocería que se había equivocado a la hora de valorar esa novela. Y los sectores más conservadores de Alemania le acusaron de pornógrafo, por algunas escenas del libro.
El que, paralelamente a la creación literaria, Grass haya estado comentando permanentemente la actualidad política alemana -muchas veces ácidamente- le ha valido no pocos enemigos. Y muchos de ellos intentaron cobrarle las viejas deudas cuando admitió en sus memorias que había formado parte de un batallón de las SS al final de la guerra.
Seis años después de la publicación de El tambor de hojalata, Grass obtuvo el Premio B üchner, el más importante de las letras alemanas. Cuarenta años después de que saliese el libro recibiría, el mismo año, el Premio Nobel y el Príncipe de Asturias de las Letras.
1 comentario:
Ví la adaptación en el cine, muy buena, un poco irreverente ver a un niño tener sexo oral con una adolescente, pero bien, eso no le quita el profesionalismo al chico. Excelente que hayás escrito sobre esto baboso
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