Otoniel Guevara. El Salvador, 1967. Poeta, periodista y gestor cultural. Su obra poética ha sido publicada en más de 20 títulos individuales, obtenido alrededor de 20 premios, traducida a ocho idiomas y difundida en diversas publicaciones de América y Europa. Es coordinador del Encuentro Internacional de Poetas “El turno del ofendido”, en El Salvador.
Ventanas y ventanitas
Por la cerrada ventana se deslizan
los pájaros.
Cada uno trae su porción de luz
acongojada, su piltrafa de cielo, su irremediable belleza de tejado.
De pronto me rodean de luces
naranjas, verdes y violentas;
y luces casi gris de amar en vano; y
luces sin retorno, enamorada;
y luces muy exhausta: luces cansada
de que tus ojos brillen para nadie y
luces cansadas de brillar para ni una mirada.
Y no escucho más que la voz de un
niño que me pide jugar.
Quiere jugar de tener muchos
hermanos. No quiere
ni papás ni mamás, “es como abrir
una ventana y sentirse
vigilado”, me dice.
Abro la ventana y una algarabía de
niños sale de mi corazón
como cuando sale el sol después de
una noche triste tristetriste.
Te conozco
Desde lejos,
desde siempre
Silvio Rodríguez
Es de noche en mis manos y en mi
sueño,
es delirio inmortal tanta ternura.
Voy cansado de andar sin esperanza,
pero sólo me agota estarme quieto.
Una mujer se cruza en mi camino
anunciando que viene del pasado.
Yo la observo y no entiendo la
tardanza
y la amo lo mismo que hace un siglo.
Y se quedan si valor el tiempo, el
oro,
el niño desmembrado que sufrimos.
Aquí estoy: es de noche, vivo y
sueño,
me amenaza el amor: acepto el vino.
Fortuna
Qué suerte
que tu falda sólo tapa tu sexo
y no tu
boca
pues así
puedo adivinar las historias
que un beso
desdibuja
Qué suerte
porque tapa
tus nalgas
pero deja
al descubierto tu mirada
Qué suerte
porque sus
cerraduras no detienen al viento:
lo que tu falda
prohíbe lo inventa mi deseo
Qué suerte
que tu falda
sólo tapa
tu cuerpo sólo ciñe tu talle
sólo
insiste en misterios
Qué suerte
que tu falda
no te tape
de mí
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