miércoles, 25 de marzo de 2009

Un hipocondriaco con suerte



Murvin Andino

Para morir no es necesario vivir tanto tiempo.
Me vino a la mente otra vez la idea de la muerte como una obligación del ser humano, y yo como ser humano normal, pienso desde ya en que debo cumplir esa regla de la existencia, que diría sería como muchos lo han dicho antes, cambiaría de estado.
Hace todavía unos cinco años me cruzaba por la mente la idea del suicidio. Ahora que cumpliré los treinta años y que recuerdo cuántos escritores y también no escritores han muerto ya a esta altura del vida, me pongo a pensar en qué pasaría realmente si fuera mi turno de partir.
Un infarto quizá sería lo menos grosero para despedirme de este mundo... no quiero cáncer, ni nada que sea doloroso y prolongado. Estos días me ha dolido la zona lumbar y no precisamente por razones de lesiones en la columna, creo que es algo más y aún no me atrevo a visitar al médico.
Creo que ya es tiempo, todo es probable ahora que llego con mayor cercanía a esta cuenta regresiva. Eso es lo malo de este juego de la vida, no saber cuándo acabará.

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