miércoles, 18 de marzo de 2009

Murakami mira hacia el pasado en su nueva novela "1Q84", un guiño a Orwell



Tomado de Clarín

"Orwell escribió '1984' mirando al futuro, y yo, con mi novela, quiero hacer lo contrario, mirar al pasado, pero sin dejar de ver el futuro. Es mi obra más ambiciosa, y la he entregado justo hace una semana, antes de viajar a España", señaló Murakami en una reciente entrevista.
"Soñar de día". Así define el japonés Haruki Murakami la escritura, una actividad que le ha convertido en un fenómeno literario mundial y de la que hoy adelantó, durante su visita a Barcelona, que su nueva novela se llamará 1Q84, en un guiño a George Orwell.
"Es la novela más voluminosa, espero que sea importante en mi vida y en la de los lectores", argumenta este tímido escritor, cuyo nombre suena para el Nobel y que se ha convertido en un icono de la novela posmoderna, seguido por millones de lectores, muchos de ellos jóvenes.Queda por salir, antes de este gran proyecto anunciado, un ensayo sobre la actividad de correr, un deporte que practica el autor junto con la natación y que, según asegura, es "básico" para su escritura.
Murakami, que es una adicción para los que quieran viajar por los caminos que cruzan la ficción y la realidad, despierta grandes filias, pero también fobias, por ejemplo en su país, donde algunos le acusan de querer "destruir la tradición japonesa" o de poner en duda a un clásico sagrado: Yukio Mishima, porque no le gusta. "Yo no quiero hacer un retrato de la sociedad japonesa. Escribo mis cosas personales, de lo que conozco, de la música, de la comida, de la cerveza que conozco, de los personajes que se me aparecen", subraya el autor, para quien la soledad -una característica que rodea a la mayoría de sus personajes- "es fundamental".
"Me gusta escribir y contar buenas historias, y ésa es la clave, creo, del éxito, porque los argumentos tienen lugares comunes. Cuando escribo no sé lo qué va a pasar y espero lo que ocurra, como lo hacen los lectores, que no aguantan para pasar página; pero para hacer eso me encierro cinco o seis horas en un cuarto, en soledad", cuenta el autor de "Kafka en la orilla". Afirma que tiene "un lugar secreto, profundo y oscuro, donde no se distingue lo real y lo fantástico. Tiene una puerta pesada que tengo que abrir y, cuando eso pasa, penetro y puedo ver un mundo donde puede pasar de todo. Algunos dicen que soy surrealista, pero no es eso, todo es mucho más real".
Uno de los ganchos de Murakami estriba en su facilidad para hablar de la parte más oscura del ser humano, de lo más íntimo, sin prejuicio, porque asegura que quiere "sacar la parte más inconsciente, la zona que menos se ve". Aunque, el autor también tiene un libro de corte más realista, Tokio Blues, del que ha vendido tan solo en su país más de dos millones de ejemplares: "Me gusta mucho, pero es un realismo que no voy a repetir", confiesa.
Músico, regentó durante años un club de jazz; traductor y profesor, Haruki Murakami, comenta que ha estado estos días en el Museo Picasso de Barcelona, y que le ha fascinado. "Picasso es uno de los míos. Se renovaba cada diez años y sólo le interesaba la invención".

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