jueves, 29 de mayo de 2008

Una estética sin estética


Murvin Andino

Sobre todo parece ser que la tendencia no es tanto a lo absurdo, sino que no basta, es necesario ir más allá de lo absurdo y cagarse también en ello. Más que una estética literaria definida parece más bien una antiestética destructiva de sí misma, o sea que aparte de contradecir la estética literaria, se contrapone a sí misma como una antítesis de la teoría literaria que los pudiera abarcar.
Los Poetas del Grado Cero son iconoclastas por antonomasia y de trayectoria, ex 'mimalapalabra' donde a manera de escuela aprendieron y perfeccionaron el arte de la destrucción, y no sólo es negar la poesía como forma de manifestación de la belleza, de lo puro, o lo perfecto, también hay un acercamiento a lo sucio, al fastidio y a lo menos atractivo, las musas feas y desgreñadas encuentran en esta poesía a su mejor admirador, se reconcilian con el mundo y disfrutan los halagos. "...su tendencia es hacia la irrupción, carente de sentido alguno tal vez, pero irrupción al fin. Su perfecta tendencia es hacia la salida de los callejones, no hacia los callejones sin salida."
"Hostilidad hacia cualquier forma de autoridad.",
dice Martínez en Postmodernidad: el escape de los laberintos. Como en búsqueda de esa ruptura abrupta y donde se percibe que la universalidad no los comprende y que no se puede juzgar a toda una generación en general, sino a cada quien en particular, pues la variedad de pensamientos constituye una de las principales caracteríscas de las sociedades posmodernas, las rupturas hacia lo existente prevalecen en todo, no hay por qué continuar con algo que ya se ha explicado hasta la saciedad, no sólo en la ideología o teorías literarias repetidas al cansancio, también la temática y la forma del lenguaje revulsivo, asqueante para describir lacras ordinarias de la sociedad circundante.
Estos poetas recomiendan... "puras lecturas malditas digeridas al albedrío particular de un reino consagrado a la ebriedad y al vértigo.", un suicidio lento y desangrante que recorre como finalidad esencial por su estética nihilista. Una lectura caótica con pocos argumentos por encontrar o compartir, sobre todo una búsqueda inconsciente de lo aburrido como "función estética", junto a los escombros del mundo, lo más importante.
Las manifestaciones de su propuestas están encaminadas a la destrucción de lo existente, de lo ya destrozado tantas veces por el simple echo de no comprender ese universo paralelo, el de la mierda, ignorado durante tanto tiempo por creadores que buscan en la belleza la mejor forma de expresión, pero sin duda lo que pretenden estos poetas, es demostrar que aparte de lo bello, en lo sucio también hay belleza, distorsionada al fin como belleza desequilibrada.
"El arte es totalmente inútil para transformar a los sujetos a los que como dispositivo cultural tiene en dominio.", dice Jorge Martínez en "Bien, señor gerente, le deseamos el único mal", que apareció en su blog esta semana, un pasaje confuso por cierto, pero creo entender que el arte es como la puta que siempre abre las piernas para que la cojamos como nos dé la gana, y estará a nuestra disposición a la hora de imponer los planteamientos que la regirán, sea como búsqueda de una estética diferente o como continuidad de lo existente. "Es probable que el más educado de todos perciba que no es caviar, y note con exactitud cierta intención maligna, cierta desidia y una pluma programada para la inmoralidad estética."