jueves, 29 de mayo de 2008

Nada de la ausencia

Murvin Andino

"NO HAY ANGUSTIA AHISTÓRICA AQUÍ VIVIR ES CONTENER EL ALIENTO & DESNUDARSE" Mario Santiago Papasquiaro

A esta hora, de frente con el odio,
sueño un espacio cargando mi sombra,
y no es la realidad la que domina mi mente,
es un poco de dolor y tristeza,
quizá un híbrido maligno que obstruye el panorama musical del mundo.
Vago por las calles más frías e incoloras del planeta,
me resisto a morir y a ser borrado por las olas
porque ello implica también rendirse a una musa maldita.
Soy un ángel mudo, ciego,
bebo ron y disfruto en soledad
con unos cuantos amores en distintos fragmentos,
de papel, de trapo sucio.
Soy un pedazo de fuego, un vacío, un naufragio,
caigo en cosas, temores y poesía.
Poseo el mundo un par de segundos,
y nadie vuela conmigo en este cielo infernal,
muero solo de una terrible incomprensión,
que como navaja escarba las venas y mata de verdad.
Estuve pensando en mi futuro,
maldito fuego inmune al pensamiento humano
que posa su mirada en los menos conocidos.
Mañana comienzo a soñar diferente...
Vivo, escupo, canto, vomito, como todo ser normal
que se extingue con la muerte.
Seis o siete cervezas bastarán para olvidarme de todo,
para borrar mi nombre del libro de la vida de manera perfecta,
mientras, un cuerpo de mujer es como un cactus,
tiene espinas hasta en el puto trasero,
hiere hasta el viento y a los continuos perecederos en el amor,
así que mejor prefiero la nada
antes que el cielo.