sábado, 19 de julio de 2008

Música Rock y Fanatismo Religioso



José Pablo Fernández
carpicorg@hotmail.com

(Fragmento)
"Bueno, por lo que yo sé, la música hace feliz a la gente,... o al menos a mi me hace feliz" .
La música rock -entiéndase lo que esta significó en un principio para la sociedad norteamericana y por extensión para las demás que están bajo su sombra-, debía haber sufrido una grave metamorfosis en algún momento antes de que esta pudiese llegar a ser interpretada -por ejemplo- en la mismísima presencia del papa Juan Pablo II. El hecho de que el rock ya no asuste a nadie -como supo reconocer ese prestigioso e inteligente provocador llamado Alice Cooper - puede hacernos pensar con razón que este estudio es algo inútil. Sin embargo el hecho de que espectáculos como el de Nine Inch Nails o Prodigy continúen provocando reacciones similares evidencia que en realidad algunas lecciones no han quedado del todo claras y mucho me temo que podrían volver a dar problemas en otras ocasiones.

Sería una ridícula pretensión mía si tratase con este pequeño artículo cubrir el vacío tan grande que deja este tema en la bibliografía de nuestro país. Lo que desde éste artículo se pretende es -solamente- mostrar, en base a un pequeño recorrido por algunos casos concretos de la historia del rock y una conclusión,... mostrar -decía- en base a estas dos cosas por qué los cristianos conservadores del norte de América no debían haber reaccionado de la forma en la que reaccionaron; especialmente si es que de verdad deseaban seguir el ejemplo de aquel al que proclamaban servir, Jesucristo.

2. Origen y continuidad del enfrentamiento entre el rock y la religion

"A través del rock n' roll, el hombre blanco queda rebajado al nivel inferior del hombre negro. El rock n' roll es parte integrante de un complot para socavar la moral de la juventud de nuestro país. Tiene carácter sexual, inmoral, y es el mejor camino para fusionar ambas razas". Asa Carter.

La imposición del cristianismo sobre las personas no va sólo en contra del derecho humano a practicar o no la religión que cada uno desee, sino que para colmo también está en contra del importante principio del que en la misma Biblia -supuesta norma de fe y conducta del cristianismo- se habla como de 'salvación por fe'. Principio que viene a decir que si el hombre viene a ser salvo por la fe, y la fe es un regalo de Dios, entonces nadie puede salvarse a sí mismo, y mucho menos obligar a otros a ser salvos. No obstante, imposibilitados para salvar a nadie, obligaron a guardar ciertas normas de comportamiento, cierta moral aparente. Lo hicieron los judíos en los tiempos de Jesús y lo han hecho muchos otros en su nombre a través de toda la historia del cristianismo, para triste pena de aquellos a los que no nos gustaría escondernos cuando públicamente nos llaman como a ellos, 'cristianos'. Si bien es cierto que no todos los cristianos han tomado esa postura ante las provocaciones de estos músicos, como bien demuestran por ejemplo los libros de Steve Turner "Hungry for Heaven" , Laurie Mellor "A Desert Song" o Steve Lawhead "Rock on Trial", lo cierto es que la voz más oída ha sido, como casi siempre, la de los menos 'ortodoxos'.

La razón de por qué se produjo este enfrentamiento, por tanto, no debe buscarse en las enseñanzas de la Biblia, sino en prejuicios raciales, sociales y políticos. En los Estados Unidos de América el cristianismo se planteó el rock no tanto como un ataque a su fe sino como un ataque a su ideal de nación blanca, rica, capitalista y especialmente separada del pecado. Buena parte del pueblo negro no estaba muy de acuerdo con la idea de perpetuar esa situación y ellos, que habían sufrido la esclavitud y el terrorismo de manos del hombre blanco, tenían muchas razones para no querer estarlo. La violencia con la que actuaban sobre ellos les servía de muy poco, ya que como contaba un biógrafo de Charlie Parker, uno de los saxofonistas más virtuosos del jazz -denominada en Estados Unidos durante años como 'la música del diablo', los "hermanos y hermanas de allí abajo se colocaban las máscaras cada vez que se aventuraban fuera de su propia vecindad. Los blancos, a excepción de muy pocos, no tenían la menor idea de lo que pasaba tras esas máscaras, o en los hogares". "El objetivo de la vida del negro es hacer pasar gato por liebre al blanco, a la raza de los amos...", declaraba Royer L. Taylor, profesor de Filosofía de la Universidad de Sussex y autor de "El arte, el enemigo del pueblo". El hombre negro, que en público era sometido a las más crueles injusticias, en privado jugaba con la idea del diablo simplemente por llevar la contraria a sus amos. "El blues es místico, es la música del diablo, los salmos que cantaban los negros en las iglesias donde se bebía y fumaba -declaraban los músicos de la clásica banda madrileña Tonky Blues Band-. Es toda una religión, y para reclamarse 'blues band' hay que entenderlo así, como el flamenco; es la música del pueblo". Así es como primero los músicos del blues, y luego los del rock, entendieron y expresaron su música. No porque realmente tuviesen ellos alguna relación con el diablo, sino que, seguros de su éxito, usaban el mismo lenguaje de sus detractores para burla de estos en muchos casos.

Pero de cualquier forma no era esta, la ya dada por perdida población afroamericana la que más le preocupaba al sistema, sino la juventud blanca. "A través del rock n' roll - decía Asa Carter-, el hombre blanco queda rebajado al nivel inferior del hombre negro. El rock n' roll es parte integrante de un complot para socavar la moral de la juventud de nuestro país. Tiene carácter sexual, inmoral, y es el mejor camino para fusionar ambas razas". El problema al que se enfrentaba el cristianismo oficial era que su juventud blanca había quedado fascinada al descubrir el gran atractivo que tenía para ella todo aquello que había asumido por imposición de sus mayores como mera y aparente religiosidad; una mera y aparente religiosidad que la juventud negra ya había desechado. El Presidente del Alabama White Citizen Council declaraba ante las cámaras, mientras posaba orgulloso junto a uno de esos carteles que anunciaban 'Servimos sólo a clientes blancos', "hemos creado un comité de veinte miembros para acabar con ese baile salvaje propio de los negros (negress) llamado rock and roll". El Secretario Ejecutivo del mismo comité añadía: "La obscenidad y la vulgaridad del rock and roll es evidentemente el medio por el cual el hombre blanco y sus hijos pueden rebajarse al nivel de los negros". Era evidente que ese enfrentamiento estaba mucho más relacionado con un desmesurado orgullo racial, social y político que con un fervor por la verdad de la Biblia que aparentemente defendían y detrás de la cual se escondían para hacer lo que bien les parecía. Significativo resulta el hecho de que el rock and roll se estuvo viendo en EEUU durante mucho tiempo como un plan secreto comunista, como bien demuestra el hecho de que, por ejemplo, el predicador Billiy James Hargis llamase a The Beatles "comunistas camuflados". Todavía en 1985, un predicador llamado Jimmy Swaggart, que en esa época aparecía nada más y nada menos que en 750 estaciones de televisión y sistemas de cable, traducía al castellano un pequeño libro titulado "La música: la nueva pornografía", en el cual escribía: "El comunismo mundial puede mirar con verdadera satisfacción la labor que se está realizando actualmente en esta nación que una vez fue grande y cristiana. Creo firmemente que el movimiento punk rock (además de otros aspectos de la escena rock) es inspirado por el comunismo, y hasta por Satanás". Ha habido pocos dedos tan acusadores como el de este famoso predicador, sin embargo ese dedo tan dispuesto a acusar se volvió contra si mismo cuando fue público que él mismo solía practicar una pornografía todavía más literal que la que él había criticado en los músicos de rock. "Tenemos las mismas tentaciones que los demás hombres, y también algunas tentaciones añadidas", escribía en otro de sus folletos. La generalizada sospecha de que había en realidad un propósito oculto y secreto en el rock, sino comunista al menos satánico, unida a sus escasas pruebas, explica que surgiese la idea de que los mensajes los estaban grabando en realidad de forma subliminal. Y es que escuchada a la inversa cualquier música reproduce unos, a veces tenebrosos, y siempre extraños sonidos que bien pueden darse a cualquier tipo de interpretación; especialmente si es que se busca oír algo en particular. Hasta tal punto llegó el asunto que Pink Floyd decidió grabar en Big Blue Sky el siguiente mensaje: "Felicidades, usted ha descubierto el mensaje secreto. Por favor, envíe su respuesta al viejo Pink, en la casa de locos". La iglesia en el norte de America, que ya hacía mucho tiempo había olvidado las palabras de Jesús que decían: "Mi reino no es de este mundo, mi reino no es de aquí", no estaba dispuesta a perder su poderío. "Durante la gira norteamericana de Ozzy Osbourne en 1984 -escribe Mariano Muniesa en 'La Historia del Heavy Metal'-, el reverendo Richard Czachor consiguió que el Gobernador del Estado prohibiera la actuación de Ozzy en Pensylvania, acusándole de realizar apología del satanismo en sus conciertos, mientras durante el resto de la gira, miembros de una organización neofascista norteamericana, el Catholic Youth Center, repartía octavillas y hacían exhortaciones a la gente que iba a entrar al recinto del concierto de que Ozzy era un profanador de iglesias y un enemigo de América, llegando en algunos casos a encadenarse a las puertas del lugar del concierto para impedir que la gente entrara".

Esta actitud fanática ha tomado, afortunadamente menos a menudo, tintes aún más trágicos que aunque ciertamente se dieron en circunstancias aisladas no dejan por eso de ser significativas. Es el caso, por ejemplo, de lo que ocurrió aquel 8 de diciembre de 1980 en el que Mark David Chapman descargó el contenido de su pistola sobre el cuerpo de John Lennon, creyendo él "estar destinado por designio divino a derribar al falso mesías". O lo de aquella noche del 1 de abril de 1984, en la que durante una fiesta familiar en la queel reverendo Marvin después de una violenta discusión acerca de todo aquello que nunca había soportado y que detestaba de su hijo Marvin Gaye (famoso compositor e interprete ajeno a la iglesia) acabó con la vida de su hijo ayudándose de un revolver. La defensa del padre alegó que había sido 'trágicamente provocado' y finalmente fue puesto en libertad condicional durante cinco años por la fiscalía con el cargo de 'homicidio casual voluntario'. El gobierno de Ronald Reagan fue especialmente propicio para la multiplicación de asociaciones en contra del rock. Según Jordi Bianciotto, quien en su libro "La Censura en el Rock" desarrolla mucho más profundamente este tema, su misma esposa Nancy Reagan propuso leyes para que los discos ofensivos estuviesen escondidos en papel de embalar a la hora de ser vendidos. El famoso Tripper Gore, junto a otra ilustre mujer llamada Susan Baker, formó en 1985 la famosa asociación Parent´s Music Resource Center, más conocida por sus siglas PMRC. El Gobierno y la Iglesia, como en otras muchas ocasiones, continúan trabajando unánimes aun hoy en su lucha en contra de este tipo de manifestación. evitando la distribución de determinados discos y la celebración de algunos de sus conciertos. En 1994, por ejemplo, en el estado de Pennsylvania se lograba aprobar una ley que castigaba al menor con jornadas de trabajos que iban de las veinticinco a las cien horas sólo por comprar uno de esos discos señalados, o con un arresto si eras el dependiente que había vendido el disco en cuestión. El hecho de que discos de Roxy Music tuviesen que venderse envueltos en papel verde o de que Perry Farrell (de Jane´s Adiction) fuese llevado a juicio por una de sus portadas, sólo son dos ejemplos más de entre los muchos casos de fanatismo en los que se han inspirado libros enteros. "Es algo que siempre ha existido -señala Jerry Gaskill, de King´s X- Hay un sector de la población americana que siempre ataca todo lo que sea ligeramente diferente a como ellos piensan o sienten. A veces la prensa le da publicidad y a veces no. Creo que simplemente es algo que está ahí.". Además la continuidad de la polémica está garantizada, al menos por parte de ciertas organizaciones. Escrito en una nota al final de los textos que la organización Truth About Rock distribuye para advertir acerca de los males de este tipo de música se encuentra el siguiente testamento: "Puesto que hay un constante movimiento de nuevos grupos en el rock, algunos de estos mencionados antes pueden no ser actualmente muy conocidos. De cualquier forma, ten por seguro que otros grupos han tomado su lugar y continúan presentando un mensaje similar".

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