sábado, 22 de enero de 2011

Robert Johnson y los pactos con el diablo

Robert Johnson, en una de las pocas fotos conocidas de él.


Clarksdale es un pequeño pueblo de tierras verdes, lagos profundos, y cercano a la inmensidad del río Misisipi, que a su paso por el pueblo separa el estado de Arkansas del de Misisipi. Allí también se cruzan las autopistas 61 y 49 en las que según cuenta la leyenda el joven Robert Johnson vendió su alma al diablo a cambio de convertirse en el mejor bluesman.

Las leyendas, son eso, pero también esconden historias que carecen de explicaciones sencillas. Robert Johnson (1911) desapareció durante tres meses de los locales de blues, ningún otro músico le vio durante ese tiempo, cuando reapareció sentía la música como nadie la sentía y la tocaba de un modo diferente. Son House trató a Robert Johnson en esa época, y le recordaba como un guitarrista pésimo, carente del talento e imaginación hasta su desaparición. Por aquel entonces tenía 24 años, tres años después fallecía en extrañas circunstancias dando pie a otra leyenda, la de los músicos que morirían a los 27 años; Brian Jones, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Jim Morrison o Kurt Cobain.

El pacto con el diablo


Toda la vida de Robert Johnson está llena de sombras y dudas, si quiera se conoce con exactitud la fecha de su nacimiento, desconoció el nombre de su padre biológico hasta la adolescencia, sólo hay dos fotografías suyas y murió envenenado por un marido celoso en un cruce de carreteras cerca de Greenwood en agosto de 1938.

La leyenda cuenta que una noche, en una plantación cercana a su casa en Clarksdale, un hombre alto y negro se acercó a Johnson, cogió su guitarra, la afinó, tocó un par de canciones y se la devolvió al joven bluesman, así se cerró el pacto y esa leyenda se fue extendiendo como la pólvora. Dos décadas después los blancos músicos ingleses rescataban la música de Johnson para la eternidad. Martin Scorsese lo explicaría así, "La historia con Robert Johnson es que sólo existió en sus discos, era pura leyenda". Johnson pasaría a la historia con el sobrenombre de "El rey del blues del delta".

Un legado de leyenda

El joven Johnson se crió en un hogar roto, hijo de una esclava entre dos hombres. El músico se casó dos veces, la primera en 1929 con Virginia Travis, él tenía 18 años y ella 16 cuando se quedó embarazada, posteriormente fallecería durante el parto. Johnson se volvería a casar unos años después y tendría descendencia.

Robert Johnson sólo grabó 29 canciones en vida en dos sesiones de grabación entre 1936 y 1937, todas y cada una de ellas tendría continuidad en el tiempo con versiones en los primeros discos de Cream, Led Zeppelin, los Rolling Stones o Fleetwood Mac, miembros destacados de una lista interminable que contribuyó a que la revista Rolling Stone situase al bluesman en el quinto puesto de los mejores guitarristas del siglo XX.

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