Tomado del
poemario “Sospechoso de sí mismo”
LA HORA DEL
MACHO CABRÍO
Era la magia, en su esencia, hostil al hombre,
o el hombre vive en un mundo mágico, donde todo
es un sueño.
El creador de la nada es un hijo perdido en un
desierto;
no existe memoria ni dones para repartir.
Es la herencia que nos tocaba y fue robada en el
jardín
petrificado de los deseos, de pensamientos
obscenos,
de los adoradores que le rinden culto a las
nalgas,
los esclavos de la lascivia y de la perversión.
Es la hora de aquellos que han temblado como
mansos corderos,
para ganarse un cielo invisible a los ojos,
serán castigados,
los que se inventaron la santa alianza para
engañar y robar
hasta el pudor de otros.
No hay esclavos dicen, coreados por esclavos se
acrecientan
en su maldad, no hay dolor dicen los
atormentados, es un asunto mental.
Los alienados son hostiles ante la verdad
predicada,
ruegan al verdugo que intervenga y vuelva la
reconciliación con el amo.
En el camino se han postrado los perdidos,
los que se amamantan del veneno de su propia
miseria.
Han escogido el sendero los hijos de la
desdicha,
han pregonado su pacifismo poniendo la otra
mejilla,
vergüenza sobre vergüenza del que entrega todo
y ruega al verdugo que le ponga el yugo, que los
subyugue,
hasta convertirlo en paja.
Las fieras se alejan del hombre, el hombre se
convierte en fiera.
El hombre es el escalofrío de la tierra, niegan
la vida, niegan al amor.
El buey siendo buey sólo tropieza una vez, el
hombre cae y se levanta
para caer de nuevo, nunca aprehende.
El hombre se ahoga en la saliva de sus
ficciones.
El canto de la vida se transforma en muerte.
No hay evangelio sólo oscuridad, no hay
reconciliación consigo mismo
ni esperanza, camina al azar en despoblado, el
hombre no es un dios,
se siente más que Dios. Se ha embriagado
mirándose en un espejo
que no le pertenece. ¿Dónde está el Creador?
El
hombre lo ha negado adorando a un macho cabrío que lo esclaviza.
TE QUEDAS SOLA
Acabo de morir por segunda vez, es un día como todos;
no hay risa, tampoco lloro, es un día como todos;
me duele la muerte de otros, menos la mía, es un día como todos.
No he podido despedirme, la muerte llegó como siempre,
como un escupitajo de asmático en tiempo de lluvia.
Allí estás en el sillón, mirando el sesgo de las cosas;
el ciruelo se marchita en tus ojos, tu pecho es un desierto,
no hay hoja ni flor para aliviar el parpadeo de esta ausencia.
Esta soledad duele como la muerte del que has amado,
quizás duela más, te quedas sola.
La alegría se ha ido conmigo, te quedas sola.
El viento se ha ido conmigo, te quedas sola.
Ya no estaré para que miremos juntos a la luna que se cambia de vestido.
La lluvia no es la misma ni esta casa será igual en el alejamiento;
quizás otros ojos se esconderán par no mirarte, te quedas sola;
en el armario mi ropa ya no huele a sudor, te quedas sola;
en cada estante de ese librero enmudecido los libros que nadie abrirá,
mi boca ausente esta oxidada, no leerá un poema, te quedas sola.
En este cuarto no se escuchará el saxofón de Papetti,
no volverás a escuchar mi risa ni sentir la caricia sobre tu pelo,
ni mojar tu piel en mis humores, te quedas sola.
Eso duele más que la muerte.
MANUMISION DE MI ALMA PARA QUE
VUELVA
En
este lugar no hay frontera entre el miedo y el dolor,
es
un torrente de cuerpos que sangran, sobrevienen,
desde
la oscuridad del odio que se incuba.
Salvar
mi alma es un afán que no cesa.
Volver
al origen con el rostro resplandeciente, lo he pedido
en
cada amanecer, después o poco después de soportar
el
sufrimiento que me causa la soledad de tanta oscuridad.
Despierto
como un condenado a muerte, sufrientes mis huesos,
en
este cuerpo sin nombre, lacerado en la profundidad
por
haber perdido la esencia y el resplandor de lo infinito.
El
yugo pesa frente a la razón del que perdona, sin embargo,
tengo
miedo de cruzar la frontera, de alejarme lo más distante,
a un
lugar donde el humo de la pólvora
y
ese olor nauseabundo de la sangre derramada sea simple ficción;
donde no aprisionen la
voluntad con la mentira.
CÉSAR LAZO
es poeta, narrador, ensayista y articulista de periódicos y revistas.
César
Lazo, realizó estudios de Ciencias Políticas y posteriormente estudios de
historia y teología. Disciplinas que nunca ejerció para dedicar su vida por
muchos años como agrarista, afanándose en las tareas de educación y
organización social “persiguiendo su utopía”, y al ejercicio literario, su
verdadera vocación.
Miembro
fundador y primer Secretario General de la Unión de Escritores y Artistas de
Honduras (UEAH), pertenece al Movimiento de Poetas del Mundo.
Sus
publicaciones literarias son:
Las novelas
Alcaraván que se duerme (primera
edición en 1998, segunda edición 2008), Monólogo
de las sombras (primera edición en el 2011), Los ojos del otro edén (primera edición 2013, segunda edición 2016)
el libro de cuentos Las Voces del otro
lado (primera edición en 1997, segunda edición 2008) y los poemarios Reportajes de un genocidio y otros tantos
(1990) y El ultimo exilio (2005).
También en el 2001 publicó un libro donde aborda el tema ecológico titulado El Laberinto del minotauro (Ecología y
desarrollo).
Sus
poemas cuentos y ensayos ha sido publicados en varias antologías:
Narrativa:
Antología del Cuento Hondureño
(1998) Relatos impresionantes de Autores
Impresionantes (2010), Antología del
Cuento Hondureño Siglo XXI (2012), Kaya
Awiska (Antología del Cuento Hondureño), 54 Autores de cuentos (Fondo Cultura Económica).
Poesía:
Poesía en Resistencia (2010), Antología de Poesía Hispanoamericana
Palabras sin Frontera (2013), Tratado
Hispanoamericano de Libre Poética: Ecos Náhuatl Honduras – Mexico (2014 -2015),
Antología Universal Navegando Sueños,
San Salvador, C.A. (2011 – 2015).
Ensayos:
aparece dos de sus ensayos en el libro Honduras
Senderos en Resistencia.